miércoles, 5 de marzo de 2014

RESISTIRE

Aunque no lo parezca hoy es miércoles, y eso que tengo el cuerpo de lunes total. La medio siesta ayer en el sofá casi ortopédico que tenemos en el salón terminó de machacarme el cuello. Muy chulo el sofá, pero una tortura. Al menos, poco cómodo. Y después los veinte minutos de pedaleo, que hicieron que aparte de cuello, me haya quedado sin la respuesta normal de mis piernas, esto es, dar un paso detrás de otro. Y eso que ya llevaba unos días entrenando. Así que hoy, miércoles, me he convertido muy a mi pesar en Robocop. Y la pereza mental de pensar que dentro de más o menos una hora tengo que dar otra vez una hora, de vueltas de cuenta kilómetros para ir a trabajar, y pensar, que hasta las diez de la noche no aterrizaré en casa otra vez, hacen que mi Robocop particular tenga los ojos llenos de legañas, y la mente llena de telarañas. Ni una dosis extra de galletas han conseguido espabilarme hoy. Ni la música a tope en mi MP3 mientras escribo estas líneas, ha conseguido que me ponga en marcha. Y el cielo sigue gris. Que raro. Este invierno eterno nos está poniendo difíciles los coloretes en las mejillas. Ni un rayito de sol. Ciclogénesis tras ciclogénesis, agua y más agua. Nubes, y nubarrones, rayos, truenos y granizadas. Hoy voy a tener que rebuscar muy a fondo en mi discografía particular de las emociones para ponerle banda sonora a este día gris. Ayer por la tarde unos cuantos wassap directos de un corazón a otro, me dejaron pensando. Una llamada telefónica con un gesto de tristeza al otro hilo del teléfono me dejaron dando vueltas buena parte del día. Unos ojos color miel, que últimamente están llorando demasiado, me dejaron buscando respuestas. Y al abrir los ojos esta mañana, y al intentar poner en marcha mis músculos de Robocop para poder llegar hasta el baño y a la cafetera, he encontrado algunas de las respuestas a mis interrogantes vitales. La mejor respuesta es no hacerse preguntas. Seguimos respirando, que es lo importante, y tal vez no haya nada más importante que esto. Problemas, si, desconsuelos, si. Corazones rotos, si. Miedos, si. Dudas, si. Tristezas, si. Ausencias, si. Lágrimas, si. Pereza, si. Tedio, si. Interrogantes, si. Pero al lado de cada problema, una solución. Al lado de cada desconsuelo, un abrazo. Al lado de un corazón roto, una persona-tirita. Al lado de cada miedo, un reto. Al lado de cada tristeza, una alegría. Al lado de cada ausencia, una manera distinta de estar. Al lado de cada lágrima, una sonrisa. Al lado de cada momento de pereza, un nuevo proyecto. Al lado del tedio, las nuevas ilusiones. Y al lado de cada interrogante una respuesta. He conseguido encontrar la banda sonora que buscaba para hoy. Para mi, para ti. Para todos los que estamos buceando en medio de aguas un poco revueltas. Para que no te dejes vencer por el desanimo! El truco de esta canción no está solo en escucharla. Esta en subir el volumen, coger una cuchara que haga de micrófono, Intentar cantarla zapateando el típico baile de los años setenta. Jugar a ver quien la canta más alto, olvidarte de los vecinos y soltar toda la adrenalina. Pruébalo! ya veras como después no vas a poder parar de reir, y te vas a sentir muy bien! Yo estas cosas las hago a veces, y tita me mira con cara de sorpresa, pero aún a riesgo de poder parecer la loca del ático G, no me niego unos momentos sin cámaras, sin más expectadora que mi pelusita. Unos momentos para perder los miedos. Para hacer el ridículo, para soltarlo todo!

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