sábado, 10 de enero de 2015

MI MOMENTO CIGALA

Si lo pienso bien, paso por varios momentos " cigala" a lo largo de mi vida. Uno de ellos en Navidad, por ejemplo. El motivo es evidente. Me las suelo comer, las cigalas, quiero decir. Igual de evidente que mi momento cigala de Bodas, bautizos y comuniones, por ejemplo. Otros momentos cigalas, podrían ser todos aquellos en los que me encierro en mi caparazón. Lo cual suele ocurrir, por ejemplo, cuando siento miedo. Miedos diversos. El miedo a la vida misma por ejemplo. O el miedo al futuro. O el miedo al miedo. Que es el más terrible de todos lo miedos. Otro momento cigala, podría ser cuando me quedo con un ojo mirando a Cuenca y el otro a Coruña, victima de la sorpresa que me produce algo. O de la perplejidad. Las cigalas no se sabe muy bien a donde miran si se fija uno detenidamente. El más estelar de los momentos cigalas de mi vida, es sin duda, cuando me enrosco sobre mi misma. Muchas veces por pereza, otras porque me encuentro agusto agazapada y escondida por momentos. Cuando quiero resguardarme del frío de dentro y de fuera, o cuando quiero regalarme unos minutos antes de saludar al mundo un nuevo día. Tengo bastante de cigala, si me paro a pensarlo. Y por último, otro momento crustáceo, por no repetirme tanto, podría ser perfectamente uno como este. Cuando rescato de mi discografía de las emociones este tema de " diego el cigala", y me dedico a descubrir con un punto de extrañeza e inquietud que me gusta escucharlo. Quizás porque la entradilla me resulta armoniosa, desgarradora y llena de sentimiento. Y mira que no es el estilo de música que yo suelo escuchar, pero, es que esta canción me transmite algo, y no sé bien que es. Esta tarde, mientras me dedicaba a revisar las entradas de mis dos blogs, y pensaba que el día ha sido tranquilo y sosegado, ha venido a rescatarme de mi letargo emocional este momento cigala! Prohibido comersela, basta con escucharla!

No hay comentarios:

Publicar un comentario